Ecografía doppler del trasplante renal



Rosa Haridian Sosa Barrios. Servicio de Nefrología. Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid.

A recordar

La ecografía es una de las exploraciones más útiles y rentables en el trasplante renal, aportando importantes datos que ayudan en su manejo en todos sus estadios evolutivos. Algunas de sus ventajas incluyen facilidad de acceso ecográfico al riñón por su peculiar posición anatómica y la comodidad de poder realizar la prueba tanto en hospitalización como en consultas. La ecografía renal y Doppler del injerto nos permite realizar el estudio anatómico y vascular del injerto renal, detectando diversas anomalías (hidronefrosis, colecciones, signos ecográficos sugestivos de rechazo, estenosis de arteria renal o kinking).

Qué vamos a necesitar

Necesitaremos un ecógrafo convencional con una sonda convexa de baja frecuencia (3-5 mHz) que nos permitirá ver estructuras más profundas (hasta 20-30 cm) según la gama del equipo.

Técnica

Trasplante renal: Paciente en decúbito supino, situando la sonda en sentido longitudinal de forma paralela y externa a la cicatriz de cirugía. Iniciaremos el estudio mediante ecografía bidimensional del injerto renal midiendo el mismo en su diámetro longitudinal y realizando un barrido en abanico a ambos lados. Posteriormente mediremos el diámetro transverso, realizando un barrido de todo el riñón desde polo superior a inferior o viceversa. También observaremos los espacios perirrenales para detectar complicaciones como colecciones, y la vejiga urinaria (tanto en longitudinal como en transverso, realizando barrido en abanico en ambas posiciones).

Posteriormente emplearemos el modo Doppler color para detectar posibles complicaciones vasculares, realizando un mapeo mediante registros espectrales de los vasos parenquimatosos (polo superior, tercio medio y polo inferior), hilio renal, anastomosis y arteria iliaca (pre y postanastomosis).

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