Ecografía bidimensional del riñón nativo

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Jonay Pantoja, Kerlin Vicent Hospital Universitario Doctor Peset. Valencia

 

Material

 

Para realizar una ecografía de riñón nativo en modo B necesitaremos un ecógrafo con una sonda o transductor convexo y trabajar con frecuencias bajas 3-6 mHz, para conseguir una buena profundidad.

 

Técnica

 

Siendo sistemático en la técnica, comenzaremos la valoración del riñón derecho (RD). Así pues, con el paciente relajado y en decúbito supino, colocaremos la sonda en longitudinal, con el testigo en posición craneal, en la línea media axilar derecha por debajo del reborde costal, donde debemos localizar al RD. La imagen en el monitor será una imagen longitudinal del RD donde el polo que vemos a la izquierda de la imagen en el monitor es el polo superior y la imagen derecha es la caudal, es decir el polo inferior. Esta imagen corresponde al corte longitudinal coronal.

 

Para el corte longitudinal sagital del RD, colocaremos la sonda en el ¿anco derecho. Ayudándonos de la ventana acústica que nos ofrece el hígado (en ausencia de colon ascendente) veremos el riñón de aspecto oval o elíptico, de borde bien definido y lineal, con un centro ecogénico en el centro, que corresponde al seno renal y un borde hipoecogénico, que corresponde al parénquima renal (médula y corteza), siendo de mayor grosor en los polos. No veremos los cálices, salvo dilatación de la vía urinaria ni tampoco veremos los vasos intrarrenales.

 

Para ver un corte transversal del RD, partiendo del corte longitudinal coronal, es decir con la sonda en la línea media axilar derecha, procederemos a la rotación de la sonda en sentido antihorario, unos 90º, de manera que el testigo de la sonda quede posterior. En esta posición transversal veremos la tipica forma de ¿c¿. En cada plano, realizaremos los barridos pertinentes para una correcta valoración. Es decir, haremos barrido anteroposterior en sentido longitudinal y superoinferior en sentido transversal.

 

Una vez visto en RD, exploraremos el riñón izquierdo (RI). Colocando la sonda en la línea media axilar izquierda, podremos localizar el RI a través de un corte longitudinal coronal. Veremos una imagen oval, pero algo mayor en amplitud que el RD y con una zona sin parénquima en zona medial que corresponde al hilio renal. En este caso, puesto que el bazo es de menor tamaño que el hígado, el RI se situará más cefálico que el RD. Es por ello, que será habitual solicitar al paciente que realice unos segundos de apnea en inspiración para una valoración completa del RI. En caso de no visualizarlo correctamente (en ocasiones el colon descendente nos lo impide), este corte lo abordaremos desde un plano posterior, lo que nos mostrará un corte sagital del RI.

 

Para la valoración del RI transversalmente, partiendo desde la posición previa, rotaremos la sonda unos 90º, pero esta vez en sentido horario (testigo posterior) y haremos la valoración pertinente del RI y podremos ver también la imagen del RI en forma de ¿c¿.

 

Mediciones: Longitud renal y parénquima

 

Mediante los cortes longitudinales (sagital o coronal) realizaremos mediciones de la longitud de cada riñón, siendo normalmente el RI ligeramente mayor que el RD. Sabemos que el tamaño renal está relacionado con el filtrado glomerular y la estatura, tanto en niños como en adultos.

 

Se establece como normalidad una longitud renal entre 10 y 12 cm. Podremos considerar dentro de la normalidad una diferencia de hasta 1,5 cm entre ambos riñones. En relación al grosor del parénquima, el total de la corteza y la médula es de aproximadamente 15 mm. En relación con el grosor cortical, la distancia entre la cápsula renal y la base de las pirámides, se establece una distancia normal de entre 8,2 y 10,4 mm. En la médula veremos unas estructuras triangulares, más hipoecoicas que la corteza que corresponden a las pirámides de Malpighio. Entre ellas, veremos las columnas de Bertin, de ecogenicidad similar a la corteza.

 

Ecogenicidad cortical

 

Para una correcta valoración de la ecogenicidad cortical, deberemos compararla con el hígado y el bazo, si es posible a la misma profundidad y sin superposición de líquido o sombra acústica de una costilla. La ecogenicidad cortical en condiciones normales no debe ser mayor a la del hígado o el bazo.

 

Vía urinaria

 

Como hemos dicho, en condiciones de normalidad no deberemos ver imagen hipoecoica en el seno renal de la vía urinaria, por lo que su presencia, deberá ser considerada patológica y sugestiva de hidronefrosis.

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