Nefrología al día

Balance de líquidos y sueroterapia

Descargar fichero PowerPoint

Pulse aquí para empezar a ver la presentación

 <p>Los objetivos que nos planteamos son:</p> <ul> <li>Saber realizar un balance de líquidos.</li> <li>Conocer los aspectos básicos en el manejo de sueros y sus implicaciones clínicas.</li> </ul> <p>El balance de líquidos tiene en cuenta tanto las entradas como las salidas de fluidos. Normalmente en los sanos es equilibrado de forma que ambas partes son iguales.</p> <p>Los requerimientos mínimos de líquidos en un sujeto sano se exponen en la tabla. Es importante resaltar los aportes de agua tanto bebida como incluida en los alimentos y el agua endógena producida en el metabolismo. Las salidas principales se producen esencialmente a través de riñón, piel (sudoración), respiración y heces.</p> <p>Sin embargo, los requerimientos habituales en los sujetos sanos son mayores y estos dependen tanto de factores individuales (actividad física, superficie corporal..etc) como externos (temperatura, humedad, etc).</p> <p>En los enfermos, no obstante, puede alterarse el balance de líquidos por muchos motivos entre los que se encuentran disminución de la ingesta (dieta absoluta, disminución de la sed, etc) o aumento de las pérdidas a nivel renal o extrarrrenal.</p> <p>En un sujeto sano, aproximadamente el 60% de su peso es agua (aunque este porcentaje es menor en obesos o mujeres). Este porcentaje se distribuye en el espacio intracelular (aproximadamente el 40% del peso) y extracelular (que a su vez se divide en el espacio intersticial que supone aproximadamente el 16%) y el intravascular (4%). Conocer esta distribución es muy importante a la hora de prescribir sueros.</p> <p>A la hora de estudiar un paciente y antes de iniciar tratamiento con sueros, se debe realizar una valoración clínica completa del paciente con historia clínica y exploración física (que incluya la determinación del peso y la valoración de posibles edemas y signos de ortostatismo). También es esencial valorar la evolución del paciente a lo largo del tiempo que permitirá ajustar la sueroterapia en cada momento.</p> <p>Se exponen los principios fundamentales a la hora de prescribir sueros. Debe realizarse con criterios científicos y teniendo en cuenta la situación de cada paciente.</p> <p>En la tabla se exponen los sueros más comúnmente utilizados detallando su composición en electrolitos y la osmolalidad.</p> <p>De un modo gráfico se señala la composición del suero glucosado al 5% </p> <p>De un modo gráfico se señala la composición del suero salino al 0,9 5% </p> <p>De un modo gráfico se señala la composición del suero con bicarbonato 1/6 M</p> <p>Ringer Lactado.</p> <p>Se exponen ejemplos de otros sueros utilizados en clínica que llevan añadidos 10 mEq de cloruro potásico.</p> <p>Se exponen ejemplos de aditivos en forma de ampollas que pueden añadirse a los sueros expuestos anteriormente para modificar su composición a la carta.</p> <p>Para conocer los efectos que los principales sueros tienen sobre los líquidos corporales es necesario repasar los compartimentos en los que se distribuye el agua corporal.</p> <p>La administración de suero salino al 0,9, con una osmolalidad discretamente superior a la del plasma condicionará un aumento casi paralelo del espacio extracelular (tanto intersticial como intravascular) con muy poco efecto sobre el agua intracelular. Las circunstancias clínicas de cada paciente harán que su distribución sea predominante intersticial o intravascular.</p> <p>Sin embargo, la administración de suero glucosado, al metabolizarse rápidamente la glucosa, es prácticamente equivalente a la administración de agua al espacio extracelular, que conllevará una disminución de su osmolalidad y como consecuencia, el paso de agua al espacio intracelular fundamentalmente.</p> <p>Respecto a la administración de sueros, hemos de distinguir entre dos situaciones clínicas definidas:</p> <ul> <li>Tratamiento de mantenimiento (situación normal)</li> <li> Tratamiento de reposición (situación de déficit).</li> </ul> <p>En el tratamiento de mantenimiento el objetivo es conseguir un balance equilibrado de líquidos y electrolitos. Una pauta razonable es la expuesta en la figura, que puede adaptarse a las circunstancias internas (edad, comorbilidad, situación clínica, etc) y externas del paciente (temperatura, humedad del ambiente, etc).</p> <p>Como se ha comentado, el tratamiento de mantenimiento debe adaptarse a las circunstancias clínicas individuales de cada paciente. Sobre todo en pacientes con enfermedades intercurrentes se debe tener especial precaución.</p> <p>Más dificultad entraña establecer pautas concretas para la reposición en aquellos pacientes que o bien han tenido dificultades para la ingesta de líquidos o bien han sufrido pérdidas de fluidos. En ellos, además de valorar la situación clínica, se debe tener en especial consideración la composición del líquido perdido. En estos casos suele ser de especial ayuda la determinación de iones en sangre y orina para guiar la prescripción.</p> <p>En la tabla se expone la composición de los principales fluidos corporales. Su conocimiento es de gran ayuda a la hora de prescribir sueros en pacientes que pueden tener pérdidas de fluidos.</p> <p>Finalmente, como se ha comentado, el tratamiento con sueros no es un proceso estático sino que debe adaptarse a las circunstancias del paciente y sobre todo a la evolución clínica y analítica del mismo. En este sentido son de gran ayuda las determinaciones analíticas periódicas.</p> <p>Bibliografía relevante.</p>

Más temas disponibles de Nefrología para Estudiantes de Medicina

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?